Caes de nuevo en la contradicción. Una y otra vez te vuelves a dar con el mismo suelo que siempre te ve caer y después levantarte. Y todo eso lo haces tú sola. Eres capaz de automentirte, de sincerarte contigo misma, de reconocerlo y de volver a negarlo. Y mientras tanto el Rey del mambo seguirá tu camino en paralelo, con breves pero continuas llamadas a tu ventana. Y tú girando sobre ti misma, sin saber por qué puerta salir. Porque corres tras él y se escapa; y si por el contrario, decides tirar la toalla, la recoge y, descaradamente, vuelve a dejarla sobre tus hombros y a dibujar una sonrisa estúpida en tu cara. En ese mismo instante es cuando sientes que un enorme interrogante te aplasta por completo el cerebro. Uno sólo no, bastantes.
Pero es que no lo entiendo. No comprendo, primero, por qué ha conseguido instalarse en mi mente, y segundo, como es capaz de revolverlo todo y dejarla patas arriba. Ni entiendo por qué cada vez que pretendo echarlo de mi casa, me desafía y se tumba en el sofá, con la picardía inyectada en sus ojos, fundiéndome con la mirada.
Lo odio con locura.
miércoles, 26 de mayo de 2010
miércoles, 5 de mayo de 2010
Empanadas mentales part 1
Estoy...mmmh, ¿cómo decirlo? Estoy en uno de esos momentos eclécticos que ocurren en la vida. De esos en los que te sientes como el Yin Yan, ni bien ni mal. Es un momento crítico pero camuflado para no levantar sentimientos incontrolables. Llamé a Buda y acudió en mi auxilio. Así que con él estoy compartiendo estos días de difícil calificación para mi persona. De este modo, guardo la compostura, sigo vomitando sonrisas y lágrimas agridulces y camino enérgica anhelando que estos días pasen rápido. Ah! Bueno, retiro lo dicho. Buda dice que elimine el deseo si quiero alcanzar la felicidad. Esta bien, no desearé que el tiempo pase. Me limitaré a vivir el presente. Y el presente, es un presente incierto pero estable. Ultimamente camino firme y sin mirar atrás. Es increible. No me reconozco. O tal vez no me había percatado de esa voz interior que dicen que a veces hay que escuchar. Lo cierto es que, ya empiezo a conocer a esa chica que veo en el espejo cada mañana cuando me quito las legañas. O cuando me lavo los dientes. La misma que se peina cuidadosamente intentando domar su pelo. Sí, esa que llevo observando 18 años ya. Estoy empezando a entablar buenas relaciones con ella. ¿He dicho 18 años? ¡Uh...! ¡esperate!. Este es otro tema candente. Cumplo 18 años ya. Y veges tu pa' qué! Todos los jóvenes deseando cumplir la mayoría de edad ¿pa' qué? ¿Para no tener que pedirle a un amigo que compre la bebida para el botellón del viernes porque a ti no te la venden debido a tu rostro aún inmaduro y lleno de inocencia adolescente? ¿Para comprar el tabaco que no te vas a fumar? ¿Para sacarte el carnet de coche y así contrarrestar tu escasa capacidad de atención a tus estudios con tu habilidad para conducir un cacharro contaminante? Ay señor, ¡que nunca me había pasado esto!. ¡Que yo era la antagonista de Peter Pan!. ¡Yo era consciente del paso inexorable del tiempo y de sus consecuencias físicas y psicológicas!. Joder, ¿por qué ahora quiero seguir en la esfera de la responsabilidad limitada? ¡Si lo que viene no es tan malo! -al contrario, supone que ahora comienza lo bueno-. Pero me da pena. Me da muchísima pena saber que todos estos años - muy buenos años, por cierto - no volverán a ser vividos. Que si ya ahora, con mi escasa edad, siento muy fuerte dentro de mí la nostalgia del último verano, me pregunto cómo me sentiré conforme pasen (y pesen) los años. Y sé, sé que sonreiré tanto que mis mejillas se comerán mis enanos ojos y en mi cara sólo se podrán ver mis arrugas de expresión. Pero que...Una cosa no quita la otra. Che, que me siento extraña últimamente. Siento una inquietud, un fervor por el ¿qué pasará? justamente en estas duras semanas últimas de un año que empezó dando caña y acaba siendo agotador. Aunque bueno, he de decir que no lo cambiaría tampoco. De la misma manera que no cambiaría por nada todo lo que me ha pasado durante estos largos años, aunque hayan habido momentos nublados y con lluvia. Dios mío, ¡estoy llorando de felicidad! No sé por qué pero si me pongo a pensar siento que mi corazón quiere romperme las costillas y mostrarse al mundo. Creo que esta chica del espejo es una lunática.
Pero una vez más respiro lento y dirijo mi mirada al aquí y ahora, que es lo que importa.
Me deseo muuuuuuuuucha suerte.
Pero una vez más respiro lento y dirijo mi mirada al aquí y ahora, que es lo que importa.
Me deseo muuuuuuuuucha suerte.
viernes, 12 de febrero de 2010
Punto. Raya - Coma,
La delgada línea que separa la estabilidad de la locura. La cordura desatada. El delirio hecho un lío de lana. La facilidad de complicarse. La simplicidad más simple. El grano de arena más diminuto hecho piramide. Y tú tambaleandote en la cima, indecisa, ¿por qué ladera me dejo caer, por cuál me deslizo?. ¡Qué divertido! Ahora hay nieve en el desierto. Todo es posible. Nada es seguro. Sólo sé que no sé nada. Y el que nada no se ahoga.
A veces estoy a un lado de la linea, izando mi bandera, ondeante con el viento, sonriente; otras me tropiezo con esa línea fronteriza y caigo dando una triple voltereta con salto mortal a una piscina de interrogantes. ¡Splash! Y me encuentro nadando a modo mariposa, desordenando mis neuronas, desparramándolas. Tengo un stock de neuronas. Neuronas acumuladas. ¡Se venden, se venden!
Vivo de alquiler en una enajenación y no llego a fin de mes.
A veces estoy a un lado de la linea, izando mi bandera, ondeante con el viento, sonriente; otras me tropiezo con esa línea fronteriza y caigo dando una triple voltereta con salto mortal a una piscina de interrogantes. ¡Splash! Y me encuentro nadando a modo mariposa, desordenando mis neuronas, desparramándolas. Tengo un stock de neuronas. Neuronas acumuladas. ¡Se venden, se venden!
Vivo de alquiler en una enajenación y no llego a fin de mes.
30 de Mar de 2009
He conseguido, después de mucho tiempo, una estabilidad mas o menos permanente. Un estado que se prolonga en el tiempo. Una risa notable, una sonrisa sobresaliente. Y en mi interior la armonía fluye por mis arterias; visita un cerebro que ya no está engañado. Mis ojos dan los buenos días al mundo, mis pies están preparados para saltar de charco en charco, refrescándo mis ideas. Tanto tiempo esperándote aquí. No has traído flores, las he plantado y regado yo misma. Es cierto que en mi cama falta tu aliento, pero qué importa! No voy a darle patadas al tiempo para que avance y salga a tu encuentro. Me quedan brazos para abrazarme y motivos para levantarme con el pie derecho.
El mejor sentimiento.
El mejor sentimiento.
Without sense: 18 de Oct de 2009.
Son tantas cosas las que le gustaría explicarte...
Son tantas inquietudes ahí, en su pequeña mente gobernada por interrogantes. Tantos sentimientos aflorando de un mismo corazón. Tantas sensaciones percibidas por una misma piel. ¿Oyes cómo suspira? ¿Puedes sentir como se le eriza el vello al sentir de nuevo el frío? Esos ojos...Pierde su mirada en el infinito. En el vacío. Desaparece. Y tú...Yo sé que tú no sabes qué hacer. Tan sólo entra y siéntate a su lado. Coge su mano. Tu calor se irá inyectando en su sangre. Y tal y como el ser humano está hecho, tu calor circulara por su cuerpo hasta llegar a su corazón. A veces un gesto sincero, tan solo un gesto, es mejor cura que una palabra finjida.
Son tantas inquietudes ahí, en su pequeña mente gobernada por interrogantes. Tantos sentimientos aflorando de un mismo corazón. Tantas sensaciones percibidas por una misma piel. ¿Oyes cómo suspira? ¿Puedes sentir como se le eriza el vello al sentir de nuevo el frío? Esos ojos...Pierde su mirada en el infinito. En el vacío. Desaparece. Y tú...Yo sé que tú no sabes qué hacer. Tan sólo entra y siéntate a su lado. Coge su mano. Tu calor se irá inyectando en su sangre. Y tal y como el ser humano está hecho, tu calor circulara por su cuerpo hasta llegar a su corazón. A veces un gesto sincero, tan solo un gesto, es mejor cura que una palabra finjida.
Así me veía yo...¿casualidad o premonición?

Así me veía yo. Como quien mira un cuadro; como quien observa una escena con detenimiento intentando averiguar qué pasará después. Yo veía cómo el mar me arrastraba hacia dentro, cómo cada ola conseguía atraparme impidiéndome respirar por momentos. Yo misma me pedía ayuda a gritos; desesperada. Las aguas no me soltaban, se enredaban en mí, o yo me enredaba en ellas. Yo, indiferentemente desde la orilla, miraba cómo aquel reflejo de mí, en aquel espejo tan inmenso, intentaba salir de allí agarrándose con fuerza del aire, poniendo toda su esperanza en algo invisible, en algo etéreo...Decidí dar media vuelta. Mis pies avanzaban alejándose de alli mientras el tiempo y el agua borraban mis huellas y nadie podría averiguar ni ser testigo de que alguna vez estuve allí...
martes, 2 de febrero de 2010
En esta contienda tenemos culpa los dos.
Me duele saber que dentro de tu cabeza piensas lo peor de mí. Perdóname, pero no supe encajar tus necesidades con las mías; igual que tú no supiste escuchar qué era lo que yo necesitaba. No todo estaba perdido, ¿sabes? Pero se me quitaron las ganas de intentarlo sólo con tu actitud. Una relación es el resultado de la suma de dos partes. Y negaste todo de entrada, en vez de intentar mirar la situación con otros ojos. Y vale, quizás soy demasiado independiente, demasiado como para añadirle todavía algo de distancia y miedo. Pero no lo hice queriendo. Quise intentarlo, pero no puedo. Y me dijiste que estaba loca, y que eran caprichos míos. Si tanto me querías, ¿por qué pusiste tantos impedimentos para dejarme el espacio que necesitaba? No te voy a repetir el por qué de pedirte tiempo, sabes cómo es mi vida, a qué la dedico y mis objetivos. Sólo ordenar las ideas, era lo que quería. Pedirte alomejor que las cosas fueran más despacio, por mi "problema" de ser demasiado independiente, no lo sé, porque no me dejaste pensar. Sólo me dejaste actuar mandándolo todo a la mierda porque ya no sabía cómo enfrentarme a tus palabras. Eras tú el primero que me decía que hay mil formas de decir las cosas y tu forma de decirlas lo cagó todo un poco. No te estoy echando las culpas, pero influiste en gran parte. La culpa la tuvo esta loca por intentarlo, como dijimos aquel día. Sabías a qué le tenía miedo, sabías porqué me costó tanto decidirme, pero ahora ya da igual. Ahora bien, una cosa tengo bien clara, yo no he finjido. Te he querido y te quiero ahora. Por mucho que no quieras oírlo ni aceptarlo. Y me duele saber que piensas lo contrario. Me duele no saber nada de tí. Pero no sé que hacer, si hablarte o dejar que pase el tiempo, a ver si eres capaz de ver la otra cara de esta moneda. Sólo sé que si no eres capaz de entenderlo, de reconocer esto que te estoy diciendo, de intentar arreglar esto un poco y no quedar como dos desconocidos, yo ya no tengo nada más que hacer por mi parte.
No quiero que me contestes si es para reprocharme. Piensa bien sobre todo esto. Yo no tengo ningún empeño en llevarme mal contigo, en dejar las cosas así de mal. Yo no te estoy exigiendo nada, sólo que también tengas en cuenta lo que yo siento.
No quiero que me contestes si es para reprocharme. Piensa bien sobre todo esto. Yo no tengo ningún empeño en llevarme mal contigo, en dejar las cosas así de mal. Yo no te estoy exigiendo nada, sólo que también tengas en cuenta lo que yo siento.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)