martes, 2 de febrero de 2010

En esta contienda tenemos culpa los dos.

Me duele saber que dentro de tu cabeza piensas lo peor de mí. Perdóname, pero no supe encajar tus necesidades con las mías; igual que tú no supiste escuchar qué era lo que yo necesitaba. No todo estaba perdido, ¿sabes? Pero se me quitaron las ganas de intentarlo sólo con tu actitud. Una relación es el resultado de la suma de dos partes. Y negaste todo de entrada, en vez de intentar mirar la situación con otros ojos. Y vale, quizás soy demasiado independiente, demasiado como para añadirle todavía algo de distancia y miedo. Pero no lo hice queriendo. Quise intentarlo, pero no puedo. Y me dijiste que estaba loca, y que eran caprichos míos. Si tanto me querías, ¿por qué pusiste tantos impedimentos para dejarme el espacio que necesitaba? No te voy a repetir el por qué de pedirte tiempo, sabes cómo es mi vida, a qué la dedico y mis objetivos. Sólo ordenar las ideas, era lo que quería. Pedirte alomejor que las cosas fueran más despacio, por mi "problema" de ser demasiado independiente, no lo sé, porque no me dejaste pensar. Sólo me dejaste actuar mandándolo todo a la mierda porque ya no sabía cómo enfrentarme a tus palabras. Eras tú el primero que me decía que hay mil formas de decir las cosas y tu forma de decirlas lo cagó todo un poco. No te estoy echando las culpas, pero influiste en gran parte. La culpa la tuvo esta loca por intentarlo, como dijimos aquel día. Sabías a qué le tenía miedo, sabías porqué me costó tanto decidirme, pero ahora ya da igual. Ahora bien, una cosa tengo bien clara, yo no he finjido. Te he querido y te quiero ahora. Por mucho que no quieras oírlo ni aceptarlo. Y me duele saber que piensas lo contrario. Me duele no saber nada de tí. Pero no sé que hacer, si hablarte o dejar que pase el tiempo, a ver si eres capaz de ver la otra cara de esta moneda. Sólo sé que si no eres capaz de entenderlo, de reconocer esto que te estoy diciendo, de intentar arreglar esto un poco y no quedar como dos desconocidos, yo ya no tengo nada más que hacer por mi parte.
No quiero que me contestes si es para reprocharme. Piensa bien sobre todo esto. Yo no tengo ningún empeño en llevarme mal contigo, en dejar las cosas así de mal. Yo no te estoy exigiendo nada, sólo que también tengas en cuenta lo que yo siento.

No hay comentarios: