miércoles, 7 de marzo de 2012

Bien. Creo que ya estás llegando a un límite. Y te lo están diciendo por todas partes. Esas señales, de las que hablábamos. Esas llaves, que abrían puertas si estábamos dispuestas a utlizarlas. ¿Te acuerdas? Promete escribir sobre esto mañana. Promete acudir a la cita con Don Papel. Ese que siempre está ahí, dispuesto a escucharte.


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lunes, 13 de junio de 2011

Not very old times. [Wrong reflection in a wrong time]

Ya está.
Eh! Como si hubiese adelgazado 10 kilos, igual. Más liviana, más relajada. Así se siente esta ilusa después de haber llevado a cabo una acción poco inusual en su repertorio, como viene siendo expresar los sentimientos libremente y sin miedo al que dirán. Me dijeron: el No ya lo tienes; ve a por el Sí. Y así, creyéndome esas sabias palabras, quise encontrar por casualidad mi momento en una noche incierta, habiendo sido recientemente estrenada la primavera, en la cual me dispuse a buscar dicho adverbio de afirmación con tal grado de embriaguez, que me era imposible pensar en un mañana inmediato. Me di en las narices con un No disfrazado con harapos. Bueno, más exactamente me encontré un par de paradójicos argumentos [...] que me dejaron totalmente aislada de la, hasta ahora vigente, duda de si duraría mucho más soportando esta locura. ¿Qué te dije? Te lo dije, necesitaba una pared para chocarme y que el impacto me espabilase un poco. Y gracias a esa vetusta amiga de la humanidad, de las penas y de la adversidad, me armé de valor para acabar con ese gran interrogante sobre mi cabeza que se perfumaba con ilusión cada mañana antes de salir de casa desde hacía ya bastante tiempo.
 Ya está. Como si un huracán me hubiese dejado en ropa interior, y se hubiera llevado todo consigo. Nada. Creo que por fin ya no queda nada atrincherado en mi jovencísimo corazón que esperaba paciente el momento de salir a tu encuentro. Creo que mi piel ya no se sonrojará si no es porque haya salido el sol, sustituto amarillo del buen ánimo, que ahora comienza a dejarse ver entre las nubes de entretiempo.
[
Sinceramente, me has dejado claras las cosas en buen momento.]

viernes, 27 de mayo de 2011

Old times. 4

Hoy es un día extraño. Es 14 de Septiembre y son las 9. La noche se ha acelerado en caer y está oscuro. Llueve. Hacía tiempo que no escuchabas la lluvia. Las gotas caen, oyes a los chiquillos chillar y correr, los coches al pasar salpican. Las gotas caen sobre el techo de chapa y resuenan fuerte en tu mente. Llueve, y la lluvia ha empapado tu corazón de recuerdos de cuando el sol te hacía cerrar los ojos porque molestaba. ¡Maldito Lorenzo! Y apoyabas tu brazo en la ventanilla bajada, y dejabas que el aire te recordase qué era el frío, en un día extremadamente caluroso. Mirabas y veías verde, y azul. Ahora llueve. Los colores se han apagado menos el color rojizo de tus mejillas. Llueve y sientes frío. Añoras los brazos que te arropaban y el cuerpo que tan pegado a ti te hacía sudar. Añoras en una noche que ha roto la rutina del verano. Una noche que significa el final y el comienzo. Una noche en la que recuerdas un capítulo que se acaba. Una historia en la que has aprendido que unas veces se gana y otras veces se pierde, y que tú has ganado de forma sucia. Una historia en la que sacas como moraleja que la vida son idas y venidas, que no sabes nunca qué puede pasar por pintar palabras en un lienzo inadecuado. Una historia en la que he aprendido que crees saber, crees sentir, crees conocerte, pero que no sabes nada. Pero es una historia encerrada en un capítulo de mi corta vida, que ahora acaba con un simple punto para dar lugar a otro episodio. Y esto siempre va a ser así hasta que el destino escriba un punto y final.
Hoy ha sido un día extraño, ¿mañana también lo será?

2009.

Old times. 3

.[...]Que la mente a veces te hace sufrir demasiado, cuando te sienta en una silla y, como en un interrogatorio, el bueno y el malo te hacen preguntas. Y gritas ‘JODER’ que se pare el mundo. Que se paren los relojes para que, por un instante, puedas respirar ese aire que tanto necesitas. Y luego volver, más fuerte, más decidida, comerte el mundo como una rodaja de sandía y escupirle las pepitas a quien no te deje vivir, no te deje sentir o te deje ser. Que he aprendido que hay que vivir como uno quiere. Que esto se sabe, pero la práctica cuesta. Nos infravaloramos, nos odiamos, nos sacamos defectos, nos avergonzamos, no nos sentimos queridos, y damos importancia a cosas que no la tienen, y que si no se la diésemos seríamos muchísimo más felices. ¿Y qué pasan si miran? Que tengan envidia de las risas que desprenden nuestras bocas sonrientes; que se arrepientan de vivir una vida de engaño, una vida de caretas, de seriedad extrema, olvidando a esos niños inocentes que solían ser...¡Venga, rápido! ¡Que se pierde el tiempo! Se desgasta con cada lágrima de rostro apenado. Estar triste es perder la vida y los buenos momentos que siempre están dispuestos a aparecer en ella. Aunque a veces nos sintamos como la mierda. Son sólo días, además, tenemos derecho a estar de baja por depresión; siempre y cuando nos volvamos a dar de alta...
Le he dado la vuelta, todo ahora esta al revés de cómo solía ponerlo, y lo pienso dejar así, e intentar que todo vaya mejor porque estoy harta de hundirme en mi mierda y en la de los demás. Dejadme que viva a mi royo, en mi burbuja en la que meto las cosas que me importan y las que quiero, y dejo fuera todos los desechos. Corriendo, me veo corriendo por una senda verde, y me ciego de mi sonrisa que es tan amplia que hasta alumbra al sol. Veo luces que me persiguen y me hacen cosquillas. Los cuentos de hadas existen. Están en las mentes más dormidas y en las más hiperactivas, solo falta que los escriban, y del papel salga, al mismo tiempo, y se vaya haciendo realidad.
Grita ‘SO’ a tu carro rutinario. Los días repetidos solo crean personas aburridas. ¿Qué si tengo ansias de vivir? Demasiadas…porque a veces se me caen las alas; y más tarde me las vuelvo a pegar…

22 diciembre 2007

Old times. 2 (para Any)

Te prometo que estaba ahí.
Estaba sentada, mirando nada. Pero creo que se ha cansado. De mirar, investigar por ahí. Buscar algo, alguna pista.
Se ha cansado y se ha ido.
Supongo que a otro banco. A otro lugar, para mirar desde otro ángulo, no sea que se le haya escapado algo.
No para. No sabe parar. A veces la he oido gritar en su habitación, enfadada con el mundo. Pero luego sale de ella como si no hubiera pasado nada.
Sonríe mientras analiza palabras. Y busca más allá de las letras que las componen; busca en ellas imágenes, sensaciones.
Cruza sus piernas y actúa con timidez. Se muerde las uñas, cambia de posición y sigue mirando el suelo, la línea del horizonte o las nubes. Siempre con timidez.
Tiene la manía de dejar su mirada en el rostro, observando recobecos y colores. La manía de organizar, de planear, de perfeccionar.
Una Inquietud relajada viste su ser inseguro y su ajetreada mente no la deja descansar. A veces luce y, alegre, se suelta el pelo, otras veces se enfada y llora en silencio pataleando en contra de sus sentimientos. Sentimientos...creo que conoce más de 1.000. Es culta e inteligente. Despistada. Soñadora; se ilusiona y redacta historias de amor. Vive a pasos de caracol, deteniendose en cada cosa que ve. Se instala y disfruta del aire, de las olas y del sol.

Old times.

Puedo absorber cada milímetro de tu cuerpo con una mirada; refugiarme tras tu pelo y esconder mis sentidos, para no condenarme a no poder tenerte. Ahora te toca y tiras. Y mi me duele perseguirte sabiendo que no llegaré a tocarte, que no llegaré a esa casilla que te haga volver a casa.
A casa...Allí te estaría esperando...para, probablemente, la velada más sincera y cálida de mis días.

jueves, 5 de mayo de 2011

[Quiero estar lejos de allí]


Parece que la lunática está trasmutando. Claro, cómo no lo iba a hacer si ha llegado a un punto de encontrarse con todas las puertas cerradas en su puta nariz pecosa. Se ha quedado atrapada en su cuarto escupiendo injurias y trepando por las paredes mientras se dejaba las pocas uñas incrustadas en el triste tabique blanco. Todo por la inmensa rabia que tiene hacia ella misma. Un odio a sí misma que tiene su origen fuera de su propia habitación. Su mente se comprime al igual que su puño se cierra. Y los mismos golpes que da a la mesa rebotan en su cabeza con fuerza. Pero ya no aguanta más. Y quiere salir, quiere salir de allí con la cabeza alta. Quiere ahogar esa pena que hacía mucho tiempo que no sentía y lo quiere hacer ya. Quiere su fuerza de vuelta. Quiere su estabilidad. Y por eso está en plena metamorfosis. Se está vistiendo con otros colores, y con su mejor sonrisa y está desplegando de nuevo sus alas. Quiere abrir la puerta ahora.
Se siente preparada para volar.