Puedo absorber cada milímetro de tu cuerpo con una mirada; refugiarme tras tu pelo y esconder mis sentidos, para no condenarme a no poder tenerte. Ahora te toca y tiras. Y mi me duele perseguirte sabiendo que no llegaré a tocarte, que no llegaré a esa casilla que te haga volver a casa.
A casa...Allí te estaría esperando...para, probablemente, la velada más sincera y cálida de mis días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario