martes, 28 de julio de 2009

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Abre el portón y sale. Se espera un instante hasta que oye que la puerta se cierra. Una puerta que se cierra, es otra que se abre, ¿no? A ella se le abre un mundo que ya conocía. Baja el escalón y pisa el suelo que ya debería estar impregnado de sus huellas, por hacer desde hace años el mismo camino. Suspira. 'De nuevo aquí' Y sigue hacia delante recorriendo con la mirada cada milimetro de la imagen que se le presenta. Se siente como el agua estancada. A veces se pregunta por qué sigue corriendo en circulos. Por qué no corta la cinta que reproduce los fotogramas de su pelicula y vuela de alli. Por qué no se decide a marcar el siguiente paso, levantar la barbilla y dejar que el aire acaricie su cara al pasar con prisa. El tiempo se le escapa. Entonces una vez más (reza para que esta sea la definitiva) hace resonar palabras que han quedado marcadas en su cabeza para siempre y lo vuelve a intentar. Lo siguiente que recuerdo es verla doblar la esquina corriendo. Quien sabe si la volveré a ver...

1 comentario:

Laura dijo...

No dejes que la línea recta te persiga. Tienes muchas cosas que mostrar al mundo, y tú, precisamente tú, deberías seguir con esa inquietud tan grande que tienes :-)