sábado, 26 de septiembre de 2009

Todo puede ser más fácil...


Y te encuentras, caminando, pasito a pasito, volviendo tu mirada hacia un lado, fijándote en esos ojos de otoño que no has visto durante todo el verano, acompañada de una conversación kilométrica y sin fin anunciado, como tantas veces has tenido y que ya añorabas. Y encuentras que soltar palabras una detrás de otra y mantener el oído bien abierto es una terapia. Una terapia que agradeces en ese momento. Porque hoy era uno de esos momentos malos y bajo cero. Uno de esos momentos en los que caminas decidida y la calzada se tuerce hacia la izquierda y te encuentras con un callejón sin salida. Y sólo ves un muro que te entorpece. Pero, ¿acaso no puedes volver sobre tus pasos y retomar la dirección? Hoy a sido uno de esos días, de esas semanas de las que empiezan mal, empeoran, y que luego al final, misteriosamente, acaban por solucionarse con algo tan simple y tan sincero, como una sonrisa. Un abrazo, un beso. De esas personas que te afirman con hechos que están ahí, para lo que necesites. De esas pocas personas que hacen preguntarme por qué coño arrastro la mirada y me lleno de rabia, si no sirve de nada. Qué te hacen dar un vuelco y volver a ponerte sobre tus pies para seguir caminando...

No hay comentarios: